Garcilaso de la Vega:
inicia su trayectoria poética con los presupuestos de la poesía de cancionero y amor cortés, pero desde 1526 utiliza la estética italiana con las lecturas de Petrarca, Castiglione, Sannazaro. Se instala en el neoplatonismo y en el petrarquismo describiendo el amor como una forma cohesión y armonía , entre los elementos de la naturaleza y opuesto al dolor.
Escribió 3 églogas, 2 elegías, una epístola, cinco canciones (la cuarta canción es la mas conocida y la quinta canción se la dedica a la flor de gnido) 38 sonetos; pero su categoría poética es tan grande que, aunque breve, es suficiente para consagrarle como< príncipe de los poetas españoles>.
Su pasión por Isabel Freire ( no correspondida) y el dolor que le produjo su muerte, son los motivos principales que inspiranlaas dos primeras églogas y buena parte de sus sonetos. El tema central de la poesía es el amor, sentimiento que explora hasta el detalle; también la amistas y la Naturaleza(idealiza y es testigo de sus amarguras)
El amor es expresado mediante códigos de la literatura bucólica y los tópicos literarios (beatus ille, locus amoendus) que constituyen motivos recurrentes de la literatura renacentista y del Siglo de Oro. En las Églogas I y II dos pastores lloran la ausencia de sus amadas. El paisaje que les sirve de marco sugiere una naturaleza bella y serena, verde y primaveral, con árboles frondosos, ríos de aguas claras y abundantes flores, se produce un contraste entre la oscuridad y la luz, paralelo a los estados de tristeza y alegría, que refleja el poeta en estancias.
Es renacentista porque utiliza el carpe diem donde nos recuerda la fugacidad de la vida y la necesidad de disfrutar del placer.
Muestra perfectamente el rasgo petrarquista en el soneto < en tanto que de rosa y azucena>( describe la belleza de una amada ideal , la exhorta a no dejar su juventud sin dejar el amor, que el paso del tiempo la hará huella.
Utiliza un estilo latinizante, en un lenguaje metáforico, perfectamente medido que recrea la serenidad del clasicismo . Desde su marcada subjetividad, consigue una gran fuerza estética utilizando el épiteto, imitando a poetas clásicos. Elegancia y selección poética, pasión y melancolía caracterizan una lírica musical.